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La verdad es que a mis 41 años, con más de 13 años de carrera profesional en el mundo corporativo, esa llamita de sentirme verdaderamente dueña y señora de mi tiempo se apoderó de mí. Así como el torero se corta la coleta… yo te quiero contar por qué me bajé de los tacones y me convertí en emprendedora digital.
Hoy, mientras escribo este texto, miro hacia atrás y sonrío al ver a esa Karlina de tan solo 20 y tantos, con tacones, con ganas de comerse el mundo, estudiosa, organizada y ¡estresada!
En realidad, el estrés que viví en los primeros años de vida de mis mellizos, cuando aún era empleada, es algo que me impulsó a expandirme, a buscar algo más y me trajo hasta este espacio de poder personal que hoy ocupo.
Gracias a toda esa experiencia multicolor de vida que tuve, gracias a la intensidad del mundo corporativo, hoy por hoy tengo las bases para ser la emprendedora digital que soy.
Te voy a contar los motivos que me permitieron sopesar mi decisión.
Vamos a empezar por lo más superficial:
¡Siempre me ha encantado estar de punta en blanco! Y el mundo corporativo era el espacio perfecto para pulir mi imagen profesional. Eso es algo que trato de mantener en mi negocio, por supuesto, ya sin grandes tacones.
Del trabajo en empresas amé profundamente el orden, la estructura, las rutinas, los objetivos claros. Todo eso va en línea con mi personalidad y lo he incluido en mi emprendimiento.
Es más, pienso que esa frase “si eres emprendedor puedes trabajar desde la playa” es, muchas veces, una falsa promesa que puede pinchar el globo a cualquiera.
Porque la verdad todos necesitamos de estructura y orden, un espacio físico para trabajar, un horario. Sí, puedes llevarte tu computadora y conectarte desde la playa para atender algo puntual, pero si lo hiciste es porque ya antes lo habías planificado así.
Otro aspecto que agradezco de mi paso por el corporativo es el networking. ¡Trabajar en una empresa te da muchísimas posibilidades de establecer relaciones y alianzas con compañeros, proveedores y clientes! Esto es una cantera de posibles futuros clientes que todos debemos trabajar y capitalizar.
El tercer punto que agradezco de toda mi experiencia laboral pasada es ese impulso continuo de querer formarme y aprender más. Cuando trabajas en una compañía tienes que estar en constante actualización, aprendiendo nuevas herramientas, habilidades y estrategias para poder conseguir las metas y, en especial, para poder ascender.
Ese deseo de siempre estar estudiando es una de las principales ventajas competitivas que ofrezco como emprendedora digital: estoy constantemente capacitándome y formándome para brindar lo mejor.
Soy de espíritu sociable, independiente y me encanta sentirme dueña y señora de mi agenda.
Comprenderás que lo que más me costaba de trabajar en una empresa era la monotonía, estar siempre en el mismo lugar, haciendo casi siempre lo mismo, con la misma gente.
Ser Asistente Virtual me ha dado la independencia soñada. ¡Estoy presente en la crianza de mis hijos! Controlo mi agenda, escojo mis clientes y mis aliados, conozco gente nueva siempre que me sea posible.
¡Y tengo una oficina bellísima que he venido decorando y organizando a mi gusto!
La ventaja del teletrabajo es algo que ahora disfruto muchísimo.
Evidentemente con mi personalidad amiguera, conectar con personas diversas, que por ejemplo están en España mientras yo estoy en California, es algo que amo de mi trabajo. Y fue una de las principales razones que responden a por qué me bajé de los tacones y me convertí en emprendedora digital.
Como Asistente Virtual he podido conocer y compartir conocimiento con tantos otros que se encuentran a miles de kilómetros de distancia y que tan amablemente comparten lo que saben con otros como yo.
Ese potencial ilimitado de hacer networking y monetizarlo es la gasolina para mi emprendimiento como Asistente Virtual en Marketing Digital. Gracias a la tecnología no existen fronteras que nos impiden conectar de manera estrecha con alguien que puede estar del otro lado del mundo.
Te confieso que también adoro esa gigante posibilidad que tengo de estar estudiando siempre, te he confesado que soy muy galla -como dicen en mi país- y disfruto plenamente la formación y actualización.
Ser emprendedora en el ámbito digital me obliga a estar investigando y aprendiendo siempre. ¡Algo que yo amo!
La realidad es que no todo es color de rosa… ¡Y menos mal, porque en la variedad está el gusto!
Algo que me desagrada de ser emprendedora es encontrarme con personas que quieren que tú hagas de todo en su negocio y a cambio pagarte unos honorarios irrisorios.
Es realmente decepcionante toparte con este tipo de posibles clientes que están obviando que para que tú sepas de “todo” y puedas acompañarlo en su negocio, de la manera más óptima, dedicaste tiempo de estudio y recursos financieros para formarte. Todo esto debe pagarse de manera justa.
La verdad es que después de 13 años de experiencia corporativa, dar el salto de fe hacia el emprendimiento, particularmente como Asistente Virtual en Marketing Digital era el paso natural, al analizar toda esta lista de pros y contras.
Por eso, responder por qué me bajé de los tacones y me convertí en emprendedora digital es una respuesta que me encanta compartir porque sé que puede ser una chispa para que más personas se animen y tomen el riesgo con sus ideas de emprendimiento.
Y si ya estás listo para empezar a delegar ciertas actividades de tu negocio, no dudes en contactarme a info@karlinacardonemarketing o mi WhatsApp, con muchísimo gusto te estaré esperando para ayudarte.